martes, 26 de abril de 2011

Cuál es tu prioridad?

Desde mi perspectiva, la educación es el gran tema de la década 2010-2020, incluso más que la energía, el medio ambiente, el sistema político o la economía. Hay quienes piensan que debe ser el sistema político, porque así avanzaremos con democracia hacia el desarrollo. Otros piensan que el tema es el crecimiento económico, ya que con empleos daremos de comer al país y así algún día seremos desarrollados. Otros creen que el medio ambiente, porque estamos destruyendo el futuro de nuestros hijos y acabando con lo que nos da sustento. Otros creen que es la energía, porque es clave para el desarrollo económico y con eso seremos desarrollados, etc.

Yo creo que es la educación. Mis motivos no son simples, pero quiero simplificarlo para expresar una idea.

Primero, nuestra legislación implícitamente dice que si no hay un aire respirable igual debo ir al colegio (pregunten en La Greda, Santiago en invierno, etc.). Si no hay dinero, la ley me obliga a ir igual al colegio (pregunten en Huechuraba). Si no tengo medios de transporte o estos son humillantes, debo ir al colegio igual (pregunten a quienes usan Transantiago todos los días).

Claramente hay un incentivo implícito en la ley para que vayamos al colegio. La pregunta es ¿por qué? ¿es tan necesario educarnos? Hay quienes piensan que la educación permite progreso económico. Otros que ennoblece el alma. Creo que todos intuimos que de alguna forma nos hace mejores, sea cual sea el punto de vista de lo que creemos que es progresar.

¿Y por qué nos cuesta tanto ponernos de acuerdo en reformar una mala educación? Yo creo que algunos piensan que es mala porque si no sabemos matemáticas, nunca haremos algo más que exportar materias primas, y ahí no está el verdadero progreso económico. Otros creen que si no sabemos historia, volveremos a cometer los errores de nuestro pasado y Dios nos ampare.

¿Cuál es el problema que debemos resolver para tener una mejor educación? El financiamiento es clave creen algunos, no obstante, ni la educación privada es decente, según parámetros internacionales. Claro, el problema es el contexto y el progreso hay que mirarlo entre pares, así que omitiendo que es mala en general, veamos lo particularmente malo con un ejemplo.

Si no puedes pagar por libros, como te va a gustar leer. Si no hay bibliotecas modernas, cómo accederás a lectura diversa y de calidad. Si no entiendes lo que lees como vas a entender tus derechos de salud, laborales, ciudadanos, entre otros. Si no lees como tendrás vocabulario para discutir con otro sin frustrarte. Como contener el enojo si estás constantemente frustrado.

Por ejemplo, no se puede reformar un sistema político sin apoyo de una mayoría que entienda esas reformas. Para entenderlas nadie puede ser tan iluso para confiar en la TV. Hay que leer. La otra opción es tomar las decisiones en nombre del pueblo ignorante, pero eso es demasiado poco desarrollado y “Chile” aspira a lo contrario.

Yo creo que los políticos no se dan cuenta de lo que discuten. Un grupo piensa que es una discusión sobre el tamaño del Estado. Otros creen que se discute el modelo económico. Yo quiero que se discuta sobre educación. Claro, hay que financiar el asunto, pero la mayoría de los recursos del país está en manos de un 1% de la población. Entonces, se convierte en una lucha ideológica. ¿Por qué no le decimos el monto y les pedimos una propuesta de financiamiento según sus posibilidades? ¿Tres cheques precio contado? O mejor aún, gastemos tiempo en explicarles las ventajas económicas de una mejor educación para la población.

Mi punto es que hay argumentos a favor de una mejor educación sin importar el fin particular de cada uno. No conozco a nadie que le guste el panorama general de nuestra educación.

Entonces, mi propuesta es que discutamos rápidamente para ponernos de acuerdo en la forma de financiamiento, reconociendo que hoy es insuficiente, y nos esforcemos en lo más difícil: qué educación queremos.

martes, 5 de abril de 2011

Zalaquett vs Obama: Oh my God!


No hay palabras para decribir este momento. El alcalde de Santiago está siendo manoseado detrás de la cortina por el servicio secreto, buscando armas ocultas. Después dijeron que lo único que encontraron no valía la pena ni reportarlo.