Este extracto es una cita de Hobbes, conocido al parecer como el padre de la
política moderna, en este excelente
artículo que recomiendo a cualquiera que le interese
explorar los orígenes del pensamiento moderno.
Ahora, no se engañen, recién vengo a enterarme de esto. Estaba tratando de
entender si mi forma de pensar se enmarcaba en alguna idea preconcebida, que me
ahorrara tener que explicarla sin saber cómo.
Así, entendí que estoy del lado de los que creen que el ser humano es
inherentemente un ser social, es decir, me inclino por la política clásica de
Aristóteles. Soy una persona que intenta ser racional cuando se puede y toda la
evidencia científica que encuentro hoy en día apunta a la importancia del
vínculo materno en el desarrollo de una persona, es decir, nuestro lazo con el
mundo comienza de la mano de otra persona y gracias a esa otra persona.
El primer vínculo, el más importante es de confianza y se basa en el amor
diría Maturana. La naturaleza misma de la que venimos depende de la interacción
y en el caso humano la discusión es si la cooperación es natural o somos egoístas
y perseguimos nuestros propios fines al asociarnos (
aquí pueden ver la respuesta usando a Darwin). Simon Sinek, un experto en
liderazgo (algo tan de moda en los negocios), nos dice que
los buenos líderes te hacen sentir seguro, por eso la gente
es más feliz en entornos de confianza, hay menos depresiones y mayor optimismo
(si, también más productividad señor avaro). Un asesor de empresas le dice a
éstas que la competencia interna es mala y que debe fomentar la confianza y la
cooperación (ver
otra fuente), pero para eso debe demostrar (liderar) que le importan sus
empleados y que no son fusibles descartables cada vez que la economía no anda
según sus expectativas.
Volviendo al artículo, lo interesante de la discusión entre política clásica
(Aristóteles) y modera (Hobbes), es que de alguna manera extraña, Hobbes se
metió en el alma de la izquierda mundial y chilena, de acuerdo a este
artículo de un sociólogo de la U. Central. A partir de la
discusión sobre el aborto señala que la cultura individualista de la derecha
(representada por Hobbes) se ha metido en la izquierda en la forma de pequeñas
banderas sin un trasfondo social o comunitario, es decir, hoy en día el
socialismo de izquierda le tiende al razonamiento individualista, si se le
puede llamar razonamiento. ¿Es esto un oxímoron político o filosófico? ¿Se
puede ser tanto socialista como individualista?
Hasta ahora al menos, y de acuerdo a lo expuesto previamente, no existe
entre los bandos principales (pro-vida vs abortistas) un representante de
izquierda, entendida esta como aquel que entiende a la sociedad como en la
política clásica de Aristóteles.
Eliminemos todos los argumentos de ambos bandos y dejemos lo básico:
derechos del individuo en pugna, quién vale más, la madre o el feto. Es una
discusión filosófica interesante y posiblemente Hobbes haya escrito algo al
respecto, pero no lo sé.
Lo que sí sé, es que a nadie (relevante) le interesa discutir sobre la clase
de vida en sociedad que quisiéramos llevar. En la política moderna, es pecado
tratar de conformar visiones comunes, porque le tenemos miedo al totalitarismo y desconfiamos del egoísmo del otro,
por lo que no queda otra cosa que desprendernos de nuestros deseos utópicos de
una sociedad clásica y meternos a fondo en todo lo que se llama modernidad.
Una visión pesimista, lo sé, pero creo que hay alternativas. Transformemos
la discusión sobre el aborto en lo que realmente nos importa a los
"clásicos", una discusión sobre el mundo al que llegan los niños, a
la clase de sociedad que abandona a los niños en hogares tóxicos o que los mete
en un sistema burocrático sin alma y sin rostro.
No importa quien gane, si la mujer o el feto, y seguramente no importará en
el futuro salvo para los individuos involucrados. Gane quien gane, nuestra
sociedad seguirá profundamente enferma, esquizofrénica a mi juicio, fomentando
el logro individual a costa de ser levantado sobre los hombros de los
oprimidos, parafraseando a Walter Benjamin.
No quiero que se me juzgue mal, no creo en las luchas revolucionarias y el
alzamiento del proletariado (esas son las expresiones que se utilizan creo). Me
parecen tan fascistas como el pensamiento de Hobbes o más bien de la derecha. El camino real a mi juicio
es de cooperación y confianza, no el de lucha o confrontación. Y les guste o no, el primer paso deben darlo los
"triunfadores" de nuestra sociedad moderna. Los oprimidos seguirán
oprimidos mientras los "triunfadores" no dejen de mirarse el ombligo,
embelesados con el reflejo de sí mismos.
Los "triunfadores" de nuestra sociedad moderna quieren vivir su
alegría en guetos aislados, encerrados en sí mismos. Pero a la vez quieren
dirigir al resto de la sociedad para que así puedan sostener su estilo de vida.
Egoísmo marca mayúscula que nos llevará a la extinción, lo más seguro.
No importa el enfoque de análisis que use, siempre llego a la misma
conclusión: tendrá que ocurrir un milagro (que los ricos y poderosos salgan en conjunto de su
cumpleaños infantil eterno), para que dejemos de depredar el planeta y juntos
podamos crear una mejor sociedad, un mundo feliz utópico futuro que nunca
alcanzaremos pero que siempre perseguiremos.