sábado, 27 de abril de 2019

La Creación - La Historia de Yova



Yova era joven para los estándares de los dioses (iluminados). En los últimos 3 mil millones de años, después de su alumbramiento divino, Yova había servido a distintos maestros divinos sin encontrar el propósito de su existencia. Cada maestro le entregaba su particular perspectiva de la vida y la existencia, pero ninguna de estas experiencias le mostraba lo que estaba buscando. 

Su primer maestro le dijo un día –

- Yova, el primero de la última generación. Estás en silencio, pero percibo que tienes algo que decir.
- Si Maestro, pero nadie sabe la respuesta a mi duda.
- Eso suele suceder, es parte de la naturaleza de la energía que nos constituye. Alumbramos en forma de conciencia y poco a poco vamos descubriendo nuestra naturaleza y propósito. Los primeros de nosotros nos preguntamos cuál era nuestro origen durante eones, pero las siguientes generaciones solo querían construir grandes cosas. Y lo hicieron. Todos participamos de la era de la creación, gracias a ellos. Hoy disfrutamos del estudio y el entendimiento de todo lo que sucede en La Obra, pero tu generación no parece disfrutar de este conocimiento.
- Maestro, no entiendo cuál es mi propósito. La creación de las leyes básicas que rigen a los universos es una obra hermosa, es La Obra. Su estudio es muy interesante, todas esas propiedades emergentes a partir de unas simples reglas básicas. Pero no está permitido jugar con ella.
- No es un juego, es el propósito de nuestra existencia. Vivimos para entenderla y así apreciar la magnitud de su perfección.
- Puede ser la vida y existencia de las generaciones pasadas… no de la mía.
- Entiendo tu desdén, la energía creadora de la cual estamos hechos es poderosa en la juventud de nuestras conciencias. Deseas crear tu propia obra, pero tampoco sabes qué es lo que quieres hacer o cómo hacerlo. Tal vez si sirves a más Maestros puedas aprender algunas cosas que sirvan a tu propósito, cualquiera que éste sea.

Así, Yova sirvió a los 7 Maestros de la Gran Reunión, aquellos primeros nacidos que participaron de la era de la creación, y aprendió cómo, a través del desarrollo de la conciencia, se formularon las primeras leyes. Pero también se detuvo largo tiempo a entender de las fallas, los deseos y las disputas que surgieron entonces. La Obra fue un esfuerzo mancomunado de decenas de Maestros, no sin un gran esfuerzo para alcanzar la visión de los 7 Maestros. 

Yova no entendía qué debía hacer. Le asombraba la formación de nuevos universos, nuevas formas de materia y energía, pero tras millones de años de ensayos y errores, las 7 leyes de la existencia eran el mejor resultado de decenas de conciencias de los más grandes Maestros, entre ellos los 7 Iluminados. Todos los Maestros tienen sus primeras creaciones a la vista, para observarlas y aprender de sus primeros errores. La búsqueda de la perfección redundó en una búsqueda de la esencia irreductible, el ingrediente primordial. Pero la barrera estaba en no entender el propio origen de los Iluminados. El ingrediente primordial existía en los Iluminados, pero no era eso lo que usaban para crear, sino la conciencia que nacía en cada alumbramiento. Al entender esto, los 7 Maestros entendieron que el camino era trabajar juntos para reunir las piezas de esta esencia irreductible, o al menos lograr emular su naturaleza impredecible y creadora. Así, se crearon las leyes o compuestos de La Semilla, la fuente de la creación, el mayor logro de la era de la creación.

La creación en cascada que nació de La Semilla fue la que dio origen a La Obra. Grandes estructuras de diferentes universos, una infinidad de posibilidades nacidas del potencial creativo encerrado en La Semilla. Distintas y poderosas energías fluyendo y arremolinándose de infinitas maneras. Una belleza de formas eternas y bordes infinitos.

Unicidad

Yova, ¿entiendes por qué se concibió la Ley de la Unicidad?

Sé qué base tiene, pero no entiendo por qué funcionó. Cada Iluminado podría crear su propia semilla, en teoría, pero en cambio decidieron trabajar juntos.

Durante eones no fuimos más que conciencias en la búsqueda de conocer nuestra verdadera naturaleza, pero no fue hasta que comenzamos a cooperar que nuestro potencial creador apareció por primera vez. Eso marcó el fin de la era del despertar, cuando los primeros maestros se reunieron para intercambiar sus experiencias y aprendizajes adquiridos durante los miles de millones de años previos de existencia, dentro de lo que llamamos El Dominio.

Diversidad

- Maestro, ¿es necesario que vaya a la reunión? 

- ¿Por qué no quieres ir, Yova?

- No los conozco, no sé quienes son mis hermanos. ¿Qué se supone que aprenderé de esa reunión?

- Ya conoces el principio de diversidad. Con la conciencia vino la capacidad de crear, todos los Iluminados la poseen. No sabemos cómo, pero creemos que es parte de nuestra naturaleza. Cada uno de nosotros desarrolla una visión durante el despertar, una formulación de ideas cuyas formas se arremolinan en forma de imágenes, objetos, sensaciones y toda clase de posibilidades. La reunión de los primeros maestros nos enseñó que cada uno de nosotros desarrolla una visión propia, que tiende a divergir de las demás, mientras más tiempo dure el aislamiento. Es por esto que la primera generación nunca pudo concebir la posibilidad de La Obra.
 

 

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