domingo, 13 de octubre de 2013

Vórtice









Si antes pensaba que no me conocía, creo que hoy puedo afirmar que el presente es un vórtice loco que te pone unos subidones de la puta madre (como diría un español). En este vórtice, donde te estás conociendo, la cosa se pone inestable y tienes que afirmarte rápido, porque si no puedes, vas a salir volando sin destino.

Resulta tan fácil perderse, o al menos es posible verlo alrededor, ya que no es mi caso. Cárcamo reencontrando en su programa de TV a un padre alcohólico rehabilitado que se fue e hizo otra familia, dejando atrás a una hija que no lo odiaba y que quería reencontrarse con él. El drama de la vida real a la vuelta de la esquina, frente a tus ojos y, sin embargo, tu vida sigue girando en su propio vórtice, con esa imagen en 24 pulgadas tan cercana como irreal, casi como una película.

En mi caso, no puedo imaginar lo que sería perderse. Pertenezco a un grupo de personas que tiene certezas, que siente seguridad de lo que tiene, no porque no lo pueda perder, sino porque sé que está ahí ahora mismo. Sé que la vida es incierta y que las tragedias están a la vuelta de la esquina y, por qué no, podría pasarme. Pero pese a ese conocimiento, prefiero quedarme con el vórtice en el que me encuentro y ver lo demás con la cercanía que me lo permitan las circunstancias. 

¿Siempre? se puede elegir salir del vórtice para mirar más allá (al menos, con ciertas herramientas cognitivas). Si pudieras, sería para tratar de dirigir tu vida hacia un destino elegido, para ampliar tus horizontes y crear relaciones duraderas. En mi caso, creo que es la certeza (la conciencia de ella) la que me entrega ese sustento en la tormenta. Es como un asiento de primera clase al escenario de mi vida. Desde lo más bello a lo más terrible, todo estará ahí en su momento y podré disfrutarlo o tendré que hacer de tripas corazón, según sean las circunstancias. En este momento, la certeza de amar y disfrutar con felicidad lo que ahora me rodea y en lo que estoy imbuido, me de la fe suficiente para saber que es solo un tránsito y que si me lo pierdo, nunca más podré vivirlo y disfrutarlo. Ahora lo sé, ahora que he sido padre por primera vez y que no reconozco lo que me está pasando, pero que me encanta. Heavy, pero han pasado 5 años y 8 meses desde este enlace y ahí está, la línea que une los puntos.

Toda esta analogía sobre el vórtice como expresión de reflexión individual, me llevó a preguntarme sobre esta suma de vórtices que llamamos humanidad. El sentido de un tiempo lineal induce la idea de un río. ¿Qué clase de valle estamos recorriendo y moldeando?, ¿podría ser conscientemente moldeado por este conjunto de vórtices en pleno movimiento? En cierta forma estoy contribuyendo a este recorrido que hace mi especie, pero resulta desalentador ver el camino que aparentemente llevamos. Quisiera contribuir de alguna forma a ese grado de conciencia (colectiva) que nos permita guiar nuestro tránsito hacia un destino más esperanzador.