jueves, 12 de julio de 2012

Leibniz y la Filosofía


Extractos de “Sistema Nuevo de la Naturaleza” de Leibniz:

“Es imposible hallar los principios de una verdadera unidad en la materia sola, o en lo que no es sino pasivo, puesto que todo en lo pasivo y material se reduce hasta el infinito a un mero montón o colección de partes”.


Lo que da unidad a esas partes… “les doy el nombre de fuerzas primitivas, porque no contienen solamente el acto o complemento de la posibilidad, sino, además, una actividad original”.

----

Que maravillosa herramienta es la palabra en el desarrollo de los conceptos que elaboramos sobre la naturaleza. Leibniz filosofó con palabras acerca de la fuerza antes de que siquiera existiera el lenguaje matemático para enseñarla. Ideó el concepto de fuerza (hasta lo que he alcanzado a leer) para diferenciar entre el alma racional humana y el “alma” que mantiene a la materia junta, el “alma” que le da unidad a ésta.


Antes se utilizaba “alma” para denominar indistintamente a aquello que mantiene a la materia junta, fuesen componentes bióticos o abióticos de la naturaleza. Leibniz filosofó acerca de la diferencia que él concibió entre el alma humana y todo lo demás. Incluso perfeccionó el lenguaje matemático para referirse a esta parte del “alma” de las cosas llamada “fuerza” (creo el cálculo infinitesimal al mismo tiempo que Newton).


Pensemos en trato que le damos a la palabra Energía, dependiendo del contexto en que estemos.


Si es indicada en una sala de clases, en el curso de física, es mirada con respeto, interés quizás. Se estudiará, se aprenderán sus propiedades, se aprenderá a utilizarla incluso. Todo a través del lenguaje matemático, desarrollado debido a la necesidad de entender nuestro entorno.


Por otra parte, si se menciona en una sesión de espiritismo, entonces el contexto cambia todo el significado.


En Wikipedia se puede leer de la materia oscura. Un caso de esos que partió con un “me estás hueveando?” (Are you kidding me?). Y terminó con “Dime cuánto necesitas para estudiarla, ¿Necesitas un Telescopio o un esclavo programador?


Por el lado de la naturaleza está muy bien estudiada el “alma”, fuerza o Energía de las cosas. Pero ¿por el otro lado? Ok, inventamos la matemática para la naturaleza ¿No habrá algo equivalente para el otro significado de “alma”?


Si lo pensamos bien, de pronto pareciera que uno habla de fantasía o, en el mejor de los casos, de ciencia ficción.


Creo que la mayoría ha escuchado hablar de la “fuerza vital”. Según Wikipedia, el vitalismo es la posición filosófica caracterizada por postular la existencia de una fuerza o impulso vital sin el que la vida no podría ser argumentada. Se trataría de una fuerza específica, distinta de la energía estudiada por la física y otro tipo de ciencias naturales, que actuando sobre la materia organizada daría por resultado la vida.


¿Dónde está esa “fuerza vital”? Yo la veo en la creatividad humana y en los valles llenos de vegas y bofedales, donde antes habían millones de toneladas de hielo encima. Para mí, ambas situaciones son equivalentes y creo que argumentativamente es posible demostrarlo.


¿Dónde veo esta conexión? Pues, lo veo en que lo que tuvo un origen común y luego se separó debido a que alguien pudo sintetizar compuestos orgánicos a partir de otros inorgánicos. Las ideas del espíritu, la biología, la matemática, la física, la química partieron juntas de la observación del entorno y de los sentidos. Así comienza la filosofía en el ser consciente, tratando de explicar lo que siente.


Es como el jazz es al blues, rock, funk, disco, pop, hip hop. Hay orígenes en las cosas porque percibimos el tiempo, podemos rastrear las conexiones.


Evolucionamos junto con todo lo que nos rodea y podría decirse que somos el resultado de una serie de consecuencias cuyo origen queremos conocer. Algunos le creen al acelerador de partículas del CERN y otros a Jesús-Buda-Mahoma. Buscamos y creemos encontrar, pero seguimos buscando. ¿Por qué? Esa es mi pregunta fundamental. Y mi respuesta es la “fuerza vital”.


Les recomiendo este texto sobre la obra de Leibniz:


Publicaciones Sobre G W Leibniz

miércoles, 11 de julio de 2012

¿Cuánto valor como sociedad le damos al trabajo?

Extractos de este excelente reportaje: http://t.co/xteHMouf

“En el 2011 los gerentes generales de las empresas más grandes de Chile vieron su sueldo subir en un 19%, los directores en un 24,5% y los trabajadores en 6,7%”

“Durante el gobierno militar se sacó a la política de todos los debates económicos y laborales. Se quiso despolitizar la economía y la Concertación la mantuvo. El crecimiento macro de los últimos 23 años validó ese argumento, pero ahora llegó a su límite”, es como lo explica Durán. “Tenemos un país que en términos macroeconómicos es fuerte, pero en lo micro es débil e injusto y eso hay que cambiarlo, y eso es un debate de valores, de política” enfatiza el economista.

Un ejemplo es el estudio que muestra la inequidad del salario mínimo en Chile, porque cuando países como Australia, Bélgica, Estados Unidos, Holanda, Canadá o Francia tenían el mismo PIB per cápita ajustado por paridad de poder de compra que hoy tiene Chile, su salario mínimo por hora era en promedio el doble que el que exhibe nuestro país en la actualidad. El debate para cambiar esa realidad, argumentan ellos, no es técnico, “pasa por tener la voluntad política, por decidir cuanto valor como sociedad le damos al trabajo”.

Durán y Kremerman van más allá en su explicación: “El problema con el debate del sueldo mínimo es el diagnóstico: está pésimamente hecho. El salario mínimo tiene un rol político, cumple un rol social, cumple un rol histórico. Es el valor del trabajo finalmente. Y cualquier sociedad debe decidir cuál es el punto de partida y esa discusión no es técnica, es política”.