sábado, 11 de septiembre de 2010

Breve historia del concepto de la huella de carbono en el comercio internacional


Extraído de "Boletín sobre la Vulnerabilidad del Comercio Internacional frente a la Huella de Carbono - Vol. 2 No. 1" (Página)

La huella de carbono no tiene un ámbito de aplicación normalizado. Por lo tanto, las metodologías varían en su consideración de diferentes gases de efecto invernadero (algunos solo miden CO2, mientras que otros pueden medir los seis gases de efecto invernadero), así como en su consideración de las emisiones directas e indirectas dentro del ciclo de vida del producto. El alcance de la huella de carbono en general incluye las emisiones directas, tales como el combustible utilizado en la producción y la distribución de los productos. Sin embargo, existen grandes diferencias respecto a las emisiones indirectas, tales como las relacionadas con: la electricidad consumida por las instalaciones, los insumos, los residuos, los vuelos de los empleados por motivos de negocio, el transporte y el uso del consumidor.

La creciente preocupación por las medidas que consideran el “contenido de carbono” de los productos que puedan ser acordadas a nivel internacional o adoptadas a nivel nacional para hacer frente a la mitigación del cambio climático, han generado interés en profundizar el análisis de la conveniencia de utilizar la huella de carbono en el comercio internacional. En particular, el concepto de “espacio de carbono” cuestiona el por qué los países en desarrollo, los cuales son responsables de menos del 15% de las emisiones históricas de carbono y emiten mucho menos per cápita que los países desarrollados (en algunos casos apenas llegan a emitir el 2% de las emisiones per cápita de EE.UU.), deben incurrir en costos excesivos para el etiquetado o ver reducida la demanda internacional de sus productos si resultan ser más altos en la intensidad de carbono.

América Latina y el Caribe es una región con un interés particular en la huella de carbono debido a su matriz de exportación, la cual se basa en gran medida en productos ambientalmente sensibles, y por lo tanto se vería afectada por las medidas que se adoptaran para discriminar productos sobre la base de su huella de carbono. También es una región particularmente vulnerable al cambio climático, compartiendo así un interés en contribuir a un acuerdo global que pudiera allanar el camino hacia una economía baja en carbono.

El concepto de huella de carbono aún no es parte de las negociaciones internacionales, pero varios países han adoptado, o están considerando la adopción de medidas que tomen en cuenta o exijan información sobre la huella de carbono de un producto. Además, también están creciendo en importancia las etiquetas voluntarias que identifican la huella de carbono de un producto.

Los debates actuales abordan muchos aspectos de la medición de la huella de carbono, como la consideración de la responsabilidad de los consumidores (por lo general al margen de las evaluaciones de la huella de carbono), el alcance de los gases de efecto invernadero que se incluirán en la evaluación y el alcance del análisis del ciclo de vida del producto.

Imagen extraída de aquí (recomiendo el artículo de la página)



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