Hecho de menos la sensación de nostalgia, ese saborcito agridulce que tantas veces me inspiró para escribir. Puedo decir que estoy arriba de la montaña rusa de la vida, cuando ésta se encausa por una vía sin retorno.
Día a día tomamos decisiones, unas más importantes que otras, pero siempre hay hitos, siempre hay ideas que se fijan a fuego y que nos cambian, para bien o para mal. Si somos capaces de darnos el tiempo de detenernos un momento a pensar, tal vez se destaquen en el horizonte confuso de nuestra historia.
Con terremoto, tsunami, pega, familia, nuevo presidente, nuevas conspiraciones mundiales y todas esas cosas he dejado de lado ese espacio que dedicaba a mi con tantas ganas hace unos años atrás. No creo que sea madurez, pero simplemente los años no pasan en vano y lo que dejamos pasar ya fue, no hay vuelta atrás. Creo que me siento satisfecho, pero quiero comprometerme a no dejar que las circunstancias sean las que dominen mi vida. Tengo demasiada energía para gastarla en cosas que no valen la pena. Si el calentamiento global va a hacer mierda el planeta no es mi problema, ya hago suficiente al respecto y hay cosas contra las cuales solo queda aceptar las consecuencias. Si mi país se quiere sepultar en mierda política e ignorar todo lo demás tampoco es mi problema, también pongo de mi parte por mejorar las cosas. Simplemente uno no se puede hacer cargo de todo lo que pasa a su alrededor, a veces hay que dejar que el río fluya y busque su curso. Qué puede hacer una roca sino causar una simple turbulencia, un pequeño nicho, pero el resto no depende de uno y eso hay que tenerlo claro. Es la única forma de vivir en paz.
2 comentarios:
Es bueno no sentirse responsable de lo que definitivamente no esta en nuestras manos cambiar, y sentirse satisfecho por el grano de arena que aportamos, si no,, simplemente nos atormentaremos en vano¡¡¡¡
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