Un recuerdo de cuando los poemas anónimos eran poderosos y llenadores, cuando la poesía la compartiamos con ansias, cuando empecé a inmiscuirme en el mundo poético incipiente de la red.
La Noche
La noche yace ahí
Tendida sobre la calle
Desangrándose por los focos
De luz amarillenta
La madrugada
Le pego una puñalada
De silencio
Y ahí quedo
Dando bocaradas
De un viento suave
Que agita las copas de los árboles
Haciéndolos susurrar
como viejas en velorio
La soledad es tangible
Se toca se siente se sufre
Mientras la noche sigue muriendo
Lentamente
Camino sin rumbo
Yo y esa sombra pálida
Que se estira apurada
Para llegar primera
a ningún lado
Virgilio Abril 2002
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