viernes, 20 de noviembre de 2009

miércoles, 18 de noviembre de 2009

El silencio de los poderes

Chile se caracteriza por ser un país de carácter autoritario, en el cual las fuerzas económicas, políticas, de opinión y en general cualquier clase de fuerza, están en las manos de unos pocos.

Quizás me equivoque en el diagnóstico, pero el aumento de la cobertura en educación sí ha producido algunos efectos positivos, a pesar de la pésima calidad de ésta: la ciudadanía se ha comenzado a dar cuenta de que unos pocos les dicen que hacer o qué es lo importante y hasta ahora la reacción ha sido de rechazo. Solo unos ejemplos poco comunes hasta antes del 2000:

1. Deudores Habitacionales Andha Chile
2. Fundación para la superación de la Pobreza
3. También somos Chile
4. Un Techo para Chile
5. Educación 2020

Es cierto que tenemos una ciudadanía más conciente y más activa también, capaz de movilizarse y exigir lo que cree justo, hacer respetar sus derechos. Pero aún falta la validación de los poderosos. Los poderes aún niegan la validez de estos grupos, en especial cuando ellos atacan su influencia o sus prioridades, cuando son contradecidos, cuando les muestran que no están haciendo bien su trabajo.

¿No debería el gobierno fomentar y sustentar el fortalecimiento de la sociedad civil activa?

Existen datos que revelan como las organizaciones civiles han tomado el rol del Estado en diversas materias que antes eran de su competencia. La externalización de funciones existe ahora a nivel nacional y global.

Ayer en el congreso se aprobó el presupuesto para educación, pero la batalla tenía salvas en ambos bandos (Senadores y Profesores). Se habló de calidad y más recursos en la educación, tanto en la derecha como en la izquierda. Lo profesores gritaban, amenazaban, exigían. Los chicos de Educación 2020 también exigían, pero en nombre de los estudiantes y padres y apoderados, cuya lista de invitación para entrar a la sesión se perdió en algún lugar y no pudieron estar presentes.

Se dijo mucho, pero los noticiarios y períodicos se quedaron con las cuñas, con el material combustible. No se dijo nada acerca del acuerdo de la semana pasada entre el gobierno y profesores para subir las pensiones de los jubilidos más perjudicados. No es mucho pero se logró ese acuerdo y ayer nadie dijo nada y cuando se dijo, se ocultó de los noticiarios. Comparen el reportaje más completo que encontré de TVN, el supuesto canal público, y el video subido a youtube por los chicos de Educación 2020.

El presidente del colegio de profesores increpa a Mario de E2020 que lo que hace es montar un show, negando el derecho de los ciudadanos a exigir que se respeten sus derechos. ¿Acaso los gritos y cantos de los profesores no son un show? ¿Por qué solo ellos tienen el derecho a exigir que se les respete?

En este país los gremios forman parte de esos poderes que les mencioné al principio. ¿Cuándo van a salir a la calle profesores y alumnos juntos a protestar por más libros, más horas no lectivas, por mejor infraestructura?

Es triste y patético que los estudiantes o pingüinos sean los únicos que salen a protestar por mejores condiciones para estudiar, por una restructuración de la ley, por una mejora institucional, mientras que sus profesores solo piden dinero, pero no piden también otras cosas que tienen derecho a exigir y que apuntan a mejorar la educación.

Navarro dijo, guagua que no llora, no mama. Esa es la lógica de la política chilena y es más, guagua más grande y más llorona mama más y que las demás se las arreglen solas.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Franja electoral

Sabía usted que gracias a la reforma agraria impulsada por la Democracia Cristiana el campo chileno se ha modernizado una enormidad....

... antes los temporeros eran transportados en carreta, pero hoy pueden disfrutar de un cómodo camión de carga.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Crece y es peor


Cada día que sales a la calle, hay nuevos autos circulando. El parque automotriz crece día a día sin que las políticas públicas se preocupen por ellos. De hecho, en Chile se fomenta el uso del automóvil, pues cada día tenemos más grandes y modernas autopistas, sumado a un transporte público que debe competir con los autos por el uso de las calles. Incluso un ciudadano responsable que piense en el transporte público pudiendo tener auto, después de unos años y varios inviernos pensará... "si estoy en un taco, no sería mejor hacerlo calentito en mi auto, con buena música y cómodamente sentado?"...

Es cierto que hoy el transporte público es mejor, pero éste sigue siendo para los pobres, como dijo el encargado del Ministerio de Obras Públicas hace un tiempo.

Lo gracioso es que esta realidad está produciendo interesantes consecuencias sobre la distribución de autopistas, ya que la mayoría se están construyendo en los barrios más pudientes, generando aislamiento de las comunidades y la obstaculización del peaton en esas comunas.

En 20 años tendrán tantas rutas "expeditas" que solo podrán moverse en automóvil, mientras que el centro y los barrios más pobres tendrán mejor transporte público, más peatones. Si lo hacemos bien desde ahora en la planificación de la ciudad, en 20 años será mejor la calidad de vida en comunas del centro y más pobres del sur y poniente. Lo importante es conservar la conectividad pública a través del metro y de los microbuses.

No será posible detener el crecimiento de las autopistas, pero mientras se queden allá donde el auto es más importante, no habrá problemas. Además, cuando alguien cambia de estrato social por educación o negocio, casi siempre se cambia de barrio, lo cual se lleva el problema de auto hacia allá "arriba".

"Se busca evitar el colapso de las grandes ciudades" muestra cómo existe una visión que está cambiando en el mundo, sin embargo, en Chile se propone restringir la llegada de nuevos habitantes a Santiago, lo cual encarecerá la vida a través del costo en el uso de suelos. ¿Qué pasar con esos miles de estudiantes que vienen a Santiago a estudiar año a año? Será más caro aún salir del subdesarrollo de regiones.

Según creo, lo mejor es potenciar el desarrollo de las regiones, desde su industria hasta sus centros educacionales. Un refuerzo positivo de regiones es la mejor solución, pues negativizar la llegada a Santiago solo encarecerá los costos de unos pocos y no mejorará la vida de nadie. ¿No sería mejor si la gente tuviera opciones de irse de Santiago y poder hacer familia en regiones, donde hoy aún se puede ir a almorzar a la casa con la familia?

Hoy el problema es que no hay trabajo suficiente en regiones y el desarrollo cultural y de entretenciones es bajísimo. Mientras esto no cambie, es difícil revertir el crecimiento desmedido de Santiago de forma sustentable y adecuada.