sábado, 31 de julio de 2010
viernes, 23 de julio de 2010
cuál es tu precio?
Durante mucho tiempo tuve en mi cabeza la palabra "envejecer", a pesar de estar consciente de que existe. Parece como si la juventud durara mucho y en cierto momento uno piensa que ha estado alargando mucho la llamada juventud. Y por alargarla pienso en no pensar o no querer pensar en mañana. Bueno, el stress nos hace pensar en mañana y pasado y pasado... pero no me refiero a ese pensar.
Por ejemplo, me está empezando a ir bien, entonces puedo pensar en las próximas vacaciones o en la casa propia. Imaginen que no existe respaldo familiar, pero me va bien como para relajarme, porque igual puedo hacerla si no viajo tanto y ahorro.
No sé cómo uno se enreda en los miedos que hay alrededor, en esa prudencia de vivir que hace al final la vida un campo de batalla que hay que soslayar para, al final, esforzarse por no morir, solo, en la calle y olvidado.
Me preocupo tanto por no caer en esos miedos que, al final, me tiene automatizado igual, tratando de no pensar en mañana demasiado.
Si pensar en mañana es envejecer, entonces proclamo que todos podemos ser jóvenes por siempre, solo hay que exorcizar los miedos a equivocarse, a no hacer lo correcto, a quedarse solo o en un matrimonio infeliz. Todo lo que hay que hacer es lanzarse y dejar que la felicidad sincera te guíe. Uno sabe cuando se está vendiendo cuentos a sí mismo, uno sabe que lo que está haciendo lo hace infeliz, pero la mayoría se hace el weón.
Lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo... hacerlo es otra historia... del dicho al hecho... etc... el cuento de esto es que no hay que verlo como una finalidad concreta, no hay que pensar que es algo automático... todo en esta vida cuesta, papito... ya sea una lágrima, un brazo, un hijo, una casa, una carrera... solo hay que ponerse los pantalones y decidir cuál es tu precio.
sábado, 17 de julio de 2010
El universo encerrado en uno
A nivel cuántico, nuestro universo puede ser visto como un lugar impredecible, predecible de una forma estadística tan sólo cuando uno emplea números lo suficientemente grandes. Entre ese universo y uno relativamente predecible, donde el paso de un planeta determinado puede ser calculado al psicosegundo, entran en juego otras fuerzas. Para el universo intermedio donde se hallan nuestras vidas diarias, lo que uno cree es una fuerza dominante. Las creencias de uno ordenan los acontecimientos diarios. Si los suficientes de nosotros creen, cualquier cosa nueva puede ser traída a la existencia. La estructura de creencias crea un filtro a través del cual el caos es transformado en orden.
- Análisis del Tirano, del Dossier de Taraza: Archivo BG
Del libro Herejes de Dune, de Frank Herbert.
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