viernes, 23 de julio de 2010

cuál es tu precio?

Durante mucho tiempo tuve en mi cabeza la palabra "envejecer", a pesar de estar consciente de que existe. Parece como si la juventud durara mucho y en cierto momento uno piensa que ha estado alargando mucho la llamada juventud. Y por alargarla pienso en no pensar o no querer pensar en mañana. Bueno, el stress nos hace pensar en mañana y pasado y pasado... pero no me refiero a ese pensar.

Por ejemplo, me está empezando a ir bien, entonces puedo pensar en las próximas vacaciones o en la casa propia. Imaginen que no existe respaldo familiar, pero me va bien como para relajarme, porque igual puedo hacerla si no viajo tanto y ahorro.

No sé cómo uno se enreda en los miedos que hay alrededor, en esa prudencia de vivir que hace al final la vida un campo de batalla que hay que soslayar para, al final, esforzarse por no morir, solo, en la calle y olvidado.

Me preocupo tanto por no caer en esos miedos que, al final, me tiene automatizado igual, tratando de no pensar en mañana demasiado.

Si pensar en mañana es envejecer, entonces proclamo que todos podemos ser jóvenes por siempre, solo hay que exorcizar los miedos a equivocarse, a no hacer lo correcto, a quedarse solo o en un matrimonio infeliz. Todo lo que hay que hacer es lanzarse y dejar que la felicidad sincera te guíe. Uno sabe cuando se está vendiendo cuentos a sí mismo, uno sabe que lo que está haciendo lo hace infeliz, pero la mayoría se hace el weón.

Lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo... hacerlo es otra historia... del dicho al hecho... etc... el cuento de esto es que no hay que verlo como una finalidad concreta, no hay que pensar que es algo automático... todo en esta vida cuesta, papito... ya sea una lágrima, un brazo, un hijo, una casa, una carrera... solo hay que ponerse los pantalones y decidir cuál es tu precio.

3 comentarios:

Carol dijo...

Yo creo que la juventud se reconoce en quienes todavía tienen ideales... como los de la eterna juventud.
Para mí está en que hay que vivir bien. Estoy de acuerdo contigo. "Que la felicidad sincera te guíe".
Un abrazo grande.

isaias dijo...

Sinceramente, no creo en el futuro por lo que este asunto de ser prudente para llegar lejos en la vida no me agobia... y sin embargo estoy envejeciendo y muy rápido.

Creo que uno envejece cuando ya no tienes la sensación de que el tiempo se detiene para disfrutar intensamente de un momento, cuanto te das cuenta de que el tiempo vuela y no espera por nada...

Por cierto, hace unos días volví a las andadas. De momento rescaté algunas cosas del blog anterior.
http://alamisteriosa.blogspot.com/

un abrazo allende los mares,
isaías

MeRiAdOx dijo...

Creo que uno asocia juventud a muchas cosas, pero es tal vez una ilusión, solo una palabra para otras cosas.

Queremos decir vitalidad, esperanza, convicción, porque el tiempo nos vuelve cínicos, nos cansamos más a menudo y simplemente no nos damos cuenta por qué.

Si existe algo llamado conciencia, esta retrocede ante la urgencia de lo que "debemos" hacer.

Un abrazo a ambos!