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La visión materialista de la historia me convenció la semana pasada, cuando logré leer algo al respecto, pero ahora he tenido tiempo de masticarla y, aunque me parece una forma bastante práctica de registrar los "hechos" históricos, veo un vicio en dicha mirada.
Del libro "La Ideología Alemana" extraigo el siguiente texto: "... para vivir hace falta, ante todo comida, bebida, vivienda, ropa y alguna cosa más.
El primer hecho histórico es, por consiguiente, la producción de los medios indispensables para la satisfacción de las necesidades..."Los fundamentos de esta afirmación me convencen en parte y dicen relación con la mirada de los jóvenes filósofos hegelianos, quienes afirman que los productos de la conciencia humana son las
"verdaderas ataduras del hombre" y postulan interpretar lo existente de otra forma, sirviéndose de la palabra (dialéctica) para combatir las ideas o ataduras mentales que fueron formuladas con la misma palabra. La crítica de esto es que se dan vueltas en lo mismo sin combatir el mundo real existente que el hombre enfrenta día a día para vivir.
Según el materialismo, es el modo de producir, es decir, la actividad del hombre para proporcionarse los medios de subsistencia los que fijan un modo determinado de vida. Qué producen y cómo lo hacen delimitan el modo de vida de una sociedad. La historia es, por lo tanto, producto de cómo el hombre produce, pues esto crearía las relaciones sociales en las que nos desenvolvemos. Nuestro presente es resultado de nuestro pasado productivo.
Toda esta fundamentación del materialismo me convence porque es sumamente práctica, pero me falla en un aspecto de mi personalidad... mi tendencia a culpar a la mente por "mis ataduras".
Yo no puedo negar que soy producto de mi entorno y, por lo tanto, el materialismo tendría razón. Pero lo anterior es cierto sólo en parte, porque hay otro 50% que es intrínseco a mi y yo, como modo de vida, he elegido que este otro 50% responsable de mi formación también lo sea de mi modo de vida futuro, pero como factor dominante y no compartiendo protagonismo con mi entorno. Es decir, que mis decisiones ya no de sustento, sino de vida (lo tocante a la moral, política y religión) sean resultado de mi mente-corazón. Deseo ser el responsable directo de mi persona y actos y no culpar al medio en que me desenvuelvo.
A eso me refiero con modo de vida. Que lo material sea tan sólo el escenario de mi existencia.
Mi visión particular coincide con la materialista en que la historia parte del hombre de carne y hueso que actúa desde su proceso de vida real, pero para el autor del libro mencionado anteriormente todo parece ser blanco o negro, pues agrega que "es la vida la que determina la conciencia y no la conciencia la que determina la vida". Esto no lo comparto.
Creo que
la historia debe jugársela por la sinergia entre realidad y conciencia, no ser sólo material o sólo ideal. Desde mi punto de vista, esta pugna entre ambos enfoques es infantil y no hace más que polarizar y segregar en vez de aunar y sumar. ¿Cómo hacer esto? No me pidan tanto aún. Denme unos 10 años más de vida para intentar una respuesta, pero coincidan conmigo en que existe dicha sinergia.
Pero he aquí el vicio del que hablo y que despierta en mi esta crítica al materialismo. En el libro que les mencioné se afirma que
"... no se puede liberar a los hombres mientras no puedan asegurarse plenamente comida, bebida, vivienda y ropa de adecuada calidad y en suficiente cantidad. La "liberación" es un acto histórico y no mental...".
El ser humano, mentalmente, es corto placista. Será porque hace unos pocos miles de años que nos bajamos de los árboles, donde la sobrevivencia estaba dada por procurar el alimento diario... no lo sé, pero
ese egoísmo que se ha denunciado en el hombre es solo consecuencia de este hecho, pues no sólo es un corto plazo temporal, sino también espacial, y aquí ya debo usar un lenguaje poético para servirme de la palabra y expresar mis ideas.
Digo espacial y me acuerdo de la película "La Playa", donde el dolor del prójimo es ocultado de la vista, alejado para no ser oído, para ser olvidado.
De esta forma, las sociedades han "progresado" sobre los hombros de los oprimidos, citando a Walter Benjamin. La visión materialista de la historia nos pone en riesgo porque sustenta la ambición de progreso como el motor de nuestra existencia y deja de lado nuestro corto placismo, por el cual hemos enfrentado guerras y masacres que nos han procurado un supuesto progreso, pero rápidamente olvidamos las consecuencias, los dolores, las injusticias que someten a un hombre cualquiera. El progreso tiene un costo que damos por sentado y que decimos asumir, pues es la única forma de producir más y mejor, de hacer historia, de ser libres mediante la producción de los bienes necesarios para subsistir, para satisfacer nuestras necesidades siempre crecientes y así liberarnos.
Entonces, el sueño de una sociedad, una humanidad libre se centra en el progreso como meta y no en el espíritu, como debiera ser el verdadero fin de nuestra existencia. Es algo así como una mirada totalizadora de la humanidad en contra de una historia del progreso espiritual e individual.
No conozco la visión de la historia que impera hoy en día, pero a partir de estos textos no me extrañaría nada que fuese materialista (y positivista!). Esta idea es la que le da el nombre al post: Por qué estamos como estamos...". Creo que el cambio que nos permitirá salvarnos como especie viene por este lado... encontrar la verdadera esencia y propósito de la sociedad, porque el progreso como el que conocemos no es el camino... bajo ninguna circunstancia!!