viernes, 16 de abril de 2010

Carta a CONAMA

Debido a mi trabajo estoy al tanto de varios de los aspectos que presento a continuación. La siguiente es una carta que he enviado a la Comisión Nacional de Medio Ambiente (CONAMA) respecto a una visión general del problema ambiental que implica un desarrollo económico sin un control adecuado, que permita un desarrollo sustentable.

Carta:

Estimados de CONAMA, sé que lo que les diré tal vez lo saben y tal vez les gustaría que fuese diferente, pero creo que no se pierde nada con decirles que uno de da cuenta de estas incongruencias y que sin duda queda mucho trabajo por delante.

Por una parte, el proyecto hidroeléctrico Alto Maipo, en su RCA (Resolución de Calificación Ambiental), es exigido por la DOH (Dirección de Obras Hidráulicas) a profundizar en el estudio sedimentológico presentado. Se les pide además diseñar un monitoreo, posible restauración y una serie de exigencias que me parecen totalmente correctas, dada la magnitud del proyecto. Hasta aquí todo bien.

Por otra parte, aparece en el e-seia la presentación de 2 DIA (Declaración de Impacto Ambiental) para la extracción de áridos, uno a 1 km del puente Los Morros y otro a 4 km del puente Maipo, presentados en octubre y septiembre de 2009, respectivamente.

En todos los casos se alterará el régimen sedimentológico del río, sin embargo, la ley impide evaluar proyectos simultáneamente y así es imposible anticipar las sinergias que se puedan producir. No hay que olvidar que la Central Guayacán en el Maipo está siendo terminada en estos momentos y tampoco se considera en los demás proyectos, ya que sus respectivas lineas base no incluyen a este proyecto.

Es interesante lo que ocurre, pues el Puente Los Morros está hoy en una situación peligrosa de colapso debido a una socavación retrógrada del lecho, que afecta a algunas cepas, debido posiblemente a las extracciones de áridos aguas abajo de éste.

Como yo lo veo, es posible que todos los proyectos antes mencionados entren en funcionamiento y la situación del Maipo entre en una fase crítica en pocos años, más o menos dependiendo del año hidrológico que sobrevenga en los próximos años.

En la actualidad está en ejecución la Estrategia Nacional de Gestión de Cuencas Hidrográficas (ENGICH), la cual está en fase piloto en las cuencas del Baker, Rapel y Copiapó. Los plazos van mal, lo sé y, además, debido a un principio comprensible de gradualidad, se ha considerado una gestión de los recursos hídricos únicamente, al menos en el comienzo. No hay plazos claros para que esto cambie en lo que viene, pero la economía sigue su curso y los proyectos no esperan para su calificación.

La ley debe cambiar para que las Mesas del Agua y los organismos de la ENGICH tengan la capacidad de tomar decisiones vinculantes, por lo tanto, aún falta mucho para que este proyecto avance.

Lo que se debe tener en cuenta es cuáles son los costos de que se caigan puentes, las pérdidas por la desconectividad, la destrucción de ecosistemas y sus consecuencias a nivel local para quienes viven de los recursos que los ríos mantienen. Hay costos tanto si se actúa como si no. Además, están las externalidades que pocas veces se consideran en una evaluación económica y los costos de las medidas ya tomadas y cuya eficacia hará la inversión rentable. Si se hace a medias, se perderá lo invertido debido a su ineficacia y la destrucción producto de un uso descontrolado de nuestros recursos naturales.

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