Me gusta caminar, siempre lo he hecho.
Cuando era chico, iba al colegio en cleta. Lo hice hasta como cuarto o quinto básico y después seguí a pie. Durante 7 años seguí caminando. Después, en la U caminé durante 2 años. Van 9. Los siguientes 3 años viví en 4 lugares diferentes, todos lejos. Micro y metro. Sin embargo, en todos los casos me bajaba lejos y debía caminar unos 15 minutos. El cuarto año, volví a vivir cerca de la U. Me quedé ahí 3 años más y los caminé todos. Incluso empecé a caminar al centro, desde Toesca con Av. España a metro Universidad de Chile. O paseaba con otras personas.
Una caminata memorable fue con mi amiga Nachi. Caminamos desde Escuela Militar a Baquedano durante unas 2 o 3 horas.
Una caminata chistosa fue volviendo de un carrete a las 7 de la mañana. Había un tipo muy curao con un palo, el cual usaba para aporrear un teléfono público mientras gritaba a todo pulmón… Pacos Culiaos!!!!... los cuales estaban a media cuadra de ahí. Me vio acercarme y me amenazó con el palo. Glup. Retrocedo lento y el también. Se detiene y sigo retrocediendo, con más aire en los pulmones. Entonces llega una camioneta de Carabineros, alias Los Pacos, y detiene a este tipo. Pero aquí viene lo chistoso. Yo, envalentonado y picado porque me había asustado, le grito cuando lo están metiendo al vehículo… Grítala Otra Vez!!!!... el tipo me mira, se suelta y empieza a correr detrás de mí. Yo no sé de dónde saqué energías… quizás de las piscolas en el cuerpo… dicen que son energéticas… en fin… corrí unos 250 metros a toda carrera y cuando miro hacia atrás, el tipo seguía detrás de mi… shit!!!!... pensé para mí… Por qué eres tan weon!!!!... y en ese momento… los queridos Carabineros de Chile llegaron y me salvaron el culo… díganme si no es chistosa la situación…
Ahora llevo más de un año caminando media hora a mi trabajo, ida y vuelta… salvo cuando voy muy atrasado y ruego por un taxi… se han dado cuenta que esas cosas pasan en invierno... fucking frío!...
A veces la vida te come. Actúas automáticamente y no te das cuenta de que hay todo un mundo ahí afuera. Infinitas posibilidades, solo esperando a tu próxima decisión. Nos perdemos de tanto que resulta casi una locura colectiva. Sufrimos por tan poco. Nuestro mundo pequeñito nos tiene codiciando, odiando, temiendo. Nos estamos perdiendo la vida y no nos damos cuenta.
Abre los Ojos.
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