viernes, 23 de febrero de 2007

Calaveras y Cervezas

Hace unos días salí con mi prima... destino: Sala de Exposición Telefónica... tenía que comprar un libro increíble que ya tengo en mis manos y además mostrarle la exposición de Alfredo Jaar...
Luego fuimos a conocer el sitio donde va a retomar sus estudios de Teatro... después de tantos rodeos era el camino, ella lo sabía y yo también...

Ya que andábamos en Bellavista, pasamos a tomarnos una cervecita, para el calor, para la lengua, para la vida... no digo que todo se distorcionó, pero el día mutó, se transformó de una manera increíble. Nos cambiamos de boliche y conocimos a un arquitecto amante de las escenografías... más cervezas, más humo, más letras... les leí un trozo increíble de Rayuela y el último poema que escribí (pronto lo subo)... y terminamos escribiendo un poema entre los 3, una calavera... no es una gran pieza de literatura pero considerando el grado alcohólico en la sangre y la volatilidad del galpón 7, creo que resultó bien. Aquí les dejo esta pieza, bautizada en honor al amor platónico de Juan Pablo, el arquitecto...

Flaca
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Verdades absolutas
confunden mi ser...
Qué les pasa?, carpe diem...

Volatilidad superflua,
irrumpe en lo cotidiano y
yo devoro esto a diario,
camino perdido, horizonte difuso,
solo me ilumina tu ser dentro de esta penumbra,
me inquieto, mas percevero,
añoro, me pierdo.

Apareces, te escondes y te busco en lo infinito,
quisiera olvidarte, mas me resisto,
eres el añoro de mi soledad,
una soledad que te extraña y que engaña,
no me siento parte de esta vida,
pero tú formas parte de la estampida
que sacude el alma y me hace grande.
Si tan solo pudiera olvidarte.

Marcela Paz, Juan Pablo y Rodrigo.
21/Feb/2007

1 comentario:

El desahogado dijo...

Hola Meriadox:

Nunca he sido amante de la poesía, así que no te podría decir si está bueno o no, pero creo que fue bastante fructífera tu salida. Que entretenido sentarse a conversar con una cerveza y que las cosas se vallan por un camino que no estaba planificado.

Y al parecer si sabes de lo que hablaba, pues es justamente ese estado donde ya no te duele el cuerpo, sino que estás tan concentrado en el ejercicio, que entras en un estado de meditación. De verdad que es increíble.

Atte.

El desahogado