VIEJA MELODÍA
Aquellos acordes
olvidados en algún libro,
esos que dieron
partida a
mi experiencia,
aquí están,
nuevamente,
azotando mi rostro.
Antes solo dolor
y humillación,
inconsciente de mi
y mi importancia;
tan ciego fui.
Aquí, ahora, soy
otro,
más vivo,
más esperanzado,
pero más desilusionado
y triste también.
Quizás suene poco, pero
aunque así sea,
vale mucho más,
y soy feliz
así.
Rodrigo Meza L.
02/Feb/2007
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